LEYENDA

El ajoblanco es un tipo de gazpacho extremeño, típico sobre todo en la provincia de Badajoz, aunque su uso se extiende también por Cáceres, Córdoba, Sevilla ó Huelva. Es un gazpacho por excelencia veraniego, ya que se toma muy frío, y tiene un poder alimenticio alto -por los ingredientes que lleva-, existen muchas formas de hacerlo, según la tradición se le añaden almendras, también hay quién lo hace con frutos secos, con pimiento rojo, etc, etc... Pero yo os voy a dar la receta del que hacía mi madre -q.e.p.d.- un gazpacho que siempre, siempre, le salía igual de sabor, de gusto, de presencia y así durante todos los años de mi vida (tengo ya 52), a pesar de que a veces me ha sentado mal, por comerlo en exceso, jamás le he cogido la repugnancia como para no volverlo a probar, todo lo contrario, a los pocos días "ya estaba con la noria" otra vez, como diría mi hermano Chema -al que también le encanta-, la frase de la noria la atribuimos al concepto de no dejar de parar la cuchara hasta que se termine del todo, es decir: del plato a la boca y de la boca al plato, sin interrupciones ni para hablar.
Pués bién este gazpacho -como decía- es veraniego por naturaleza, mientras más frío mejor, y mientras más calor haga más apetece.
Quizás para muchos de vosotros que me leeís, la apariencia blanquecina del mismo os eche para atrás -parece leche- pero, creedme... no comaís con los ojos sino con el paladar, por el contrario, para quién ya lo ha probado ó lo sabe hacer es una delicia gastronómica única para los cálidos días de verano.